Prácticamente nadie pareciera contradecir que, en las sociedades modernas, la mayoría de la gente casada expresa que la calidad de su matrimonio tiene un fuerte efecto en su felicidad y satisfacción en la vida.
Numerosas investigaciones científicas han intentado dilucidar cuáles son los factores que contribuyen a que un matrimonio sea exitoso, satisfactorio y duradero.
Lewis y Cols sugieren que hay dos caminos básicos, a través de los cuales los sociólogos y psicólogos han visto el éxito y fracaso del matrimonio:
La primera aproximación, se enfocaría en la “estabilidad matrimonial”; término que se refiere a si el matrimonio es disuelto por muerte o separación. Usando esta aproximación, un matrimonio estable es definido como aquel que termina sólo por muerte natural de uno de los esposos. Un matrimonio inestable, por lo tanto, es aquel que termina a petición de uno o ambos miembros de la pareja.
Luckey encontró que los maridos y esposas que manifestaban estar satisfechos con sus matrimonios eran aquellos cuyas percepciones de la realidad estaban en mayor concordancia. Lauer y Lauer examinaron 351 parejas, principalmente de matrimonios de larga duración. Entre las identificadas como felizmente casadas, los dos factores que saltan a la vista fueron amistad, y el gustarse el uno al otro.
Fennell realizó un estudio de 147 parejas, todas en su primer matrimonio, y que habían permanecido unidos por más de 20 años. Su mayor hallazgo fue que los maridos y esposas en matrimonios satisfactorios expresan una importante congruencia en relación a lo que ellos creían eran importantes características que habían contribuido a sus uniones de larga duración. Así mismo, Murstein encontró que en los matrimonios exitosos, ambas partes poseen consenso de valores y congruencia de roles.
(Las pequenas cosas y los hábitos diarios son lo mas significativo que hacemos en nuestro matrimonio)
Gottman y Krokoff han hecho algunos estudios en los cuales el objetivo ha estado centrado en la estabilidad matrimonial y, su teoría es que el balance entre los estilos positivos y negativos de resolución de los conflictos matrimoniales es la clave para predecir estabilidad.
Wallerstein, en su estudio piloto, sugiere que un matrimonio feliz refleja la percepción compartida de una pareja que ha logrado “una especial virtud de coincidir en sus necesidades individuales, deseos y expectativas, que les permite sentirse queridos, respetados y, en muchas ocasiones, apasionadamente amados, a lo largo de sus vidas”.
Kaslow & Hammerschmidt (1996) mostraron como resultados que, para el grupo satisfecho, el amor es lejos la principal razón para mantenerse juntos. Sólo hombres y mujeres satisfechos con sus relaciones declararon aún encontrar atractivos a sus compañeros.
Los resultados de éstas y otras investigaciones confirman las características básicas que responden a matrimonios satisfactorios y duraderos: similitud y congruencia en aspectos como educación, religión, estilo y filosofía de vida, y motivación intrínseca como bases del matrimonio.
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