Se dice que Estados Unidos es el país de la libertad de expresión y que las opiniones discrepantes son respetadas. Pero esto no ocurre en los medios de comunicación plagados de voces liberales y libertinas donde soy acusada de homofóbica sólo por discrepar con la idea del matrimonio gay que una minoría defiende. Entonces resulta que la minoría que defiende tanto su derecho a decir "sus" verdades no acepta que otras personas tengan derecho a defender las suyas. Lo que sustenté recientemente en el show de TV referido a los homosexuales no fue una idea mía sino lo que dice La Biblia, la Palabra de Dios.
El apóstol Pablo hace dos menciones del homosexualismo sumamente claras en Romanos 1:27 y en 1 de Corintios 6:9-10 . En Romanos dice "De la misma manera, también los hombres, dejando las relaciones naturales con la mujer, se encendieron en sus pasiones desordenadas unos con otros, cometiendo actos vergonzosos, hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución que corresponde a su extravío" y luego es aún más enfático en cuanto al tipo de castigo a quienes cometen este pecado en 1 de Corintios: "¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios."
Quien se dice católico o cristiano (evangélico o protestante) y no acepta que el Apóstol Pablo fue el más importante divulgador del cristianismo en su época y un verdadero seguidor del Hijo de Dios, no debería definirse así mismo como tal. Por otro lado, uno de los requisitos fundamentales de quien se llama cristiano es el reconocimiento de La Biblia como La Palabra de Dios. Y las Sagradas Escrituras están llenas de referencias condenatorias del homosexualismo como pecado. En el Antiguo Testamento, Sodoma y Gomorra fueron borradas del mapa por que los varones se acostaban con varones, entre otras prácticas de inmoralidad sexual. De allí que un sinónimo de homosesual sea "sodomita" (por la práctica del sexo anal).
Dios condena al pecado, no al pecador arrepentido. Los cristianos no discriminamos a los homosexuales. Pero tampoco podemos aprobar algo que Dios desaprueba sólo por estar a la moda, o caerle bien a las minorías. Cuando me acusan, me atacan y me agreden verbalmente por mi posición de defensa de las verdades bíblicas, siento un orgullo santo al recordar el último versículo de las Bienaventuranzas: "Bienaventurados ustedes, cuando la gente los insulte y los maltrate, y cuando por causa mía los ataquen con toda clase de mentiras. Alégrense,estén contentos, porque van a recibir un gran premio en el cielo; pues así también persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes." (Mateo 5:11)
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