"El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta" (1 de Corintios 13:7)
Mi reflexión de hoy se refiere a situaciones comunes y problemas rutinarios en las relaciones amorosas. No estoy sugiriendo que se tenga que soportar de todo por amor...No! Nadie pide que se soporte la violencia psicológica o física...tampoco el adulterio...Pero todo lo demás, o casi todo lo demás, debiera ser soportable desde la perspectiva cristiana.
En mi opinión, la capacidad de soportar es directamente proporcional a la capacidad de perdonar. Mientras más fácil le sea perdonar a una persona lo que otra le dice o hace que la hiere u ofende, más fácil le resultará soportar a esa persona por un largo tiempo en su vida. O mejor aún, la capacidad de soportar es inversamente proporcional a la capacidad de ofenderse. Mientras menos se ofenda una persona por lo que otra le haga o diga, mayor será su capacidad de soportar dentro de la relación.
Entonces, mi primera recomendación es que disminuyamos nuestra tendencia a sentirnos ofendidos. Vamos a poder soportar mejor no solamente a nuestro ser amado sino también a las diversas circunstancias ingratas de esta vida, si disminuimos nuestra sensibilidad y nuestra irritabilidad ante las ofensas. Aún más, la meta sería llegar a NO considerar una ofensa lo que acabamos de escuchar o lo que el otro nos hace que no nos agrada.
Cómo se logra esto? Les doy un ejemplo del día a día: Supongamos que una dama le pregunta a su novio o marido: "Cómo luzco en este vestido...me hace ver más gorda, no?"...Si el caballero es honesto y no se detiene a pensar en las consecuencias de una respuesta veloz, puede que diga la verdad...y entonces... la dama que preguntó de una forma en que le ponía la respuesta en bandeja, debe pensar lo mejor de su hombre y decirse a sí misma: "Relax! No fue su intención ofenderte!...La forma en que preguntaste no le dio otra opción...Su intención fue buena y eso es lo que cuenta..."
Esto es lo que el apóstol Pedro nos pide que hagamos con los errores del otro -inclusive los mayores- en 1 de Pedro 4:8 "Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubre una multitud de pecados". El que tiene verdadero amor enseña, exhorta, amonesta y corrige el mal. Practica la disciplina. No pasa por alto el pecado. No cierra los ojos al pecado. Pero es paciente y tolerante (2 Tim. 2:24,25).
La mansedumbre es la que nos permite cumplir con la parte del versículo 7 que dice: "El amor todo lo sufre, todo lo soporta"...Lo repite Pablo en(Efes. 4:2) ¿Soportar cómo? Como Jesús soportó a los apóstoles; como Pablo soportó a las iglesias; como nosotros mismos queremos que otros nos soporten.
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