Todos sabemos –pero una cosa es la teoría y otra la práctica- que para que cambie nuestra realidad primero tienen que cambiar nuestros pensamientos y las palabras que declaramos. Si nuestra actitud hacia la vida está marcada por el reclamo, la queja, la crítica y el lamento, lo más probable es que cosechemos lo que sembramos y que nada bueno nos suceda mientras no pensemos y digamos en voz alta afirmaciones positivas y optimistas, en concordancia con la Palabra de Dios.
Les sugiero las siguientes, para levantarse los ánimos, luego de una decepción amorosa.
1) Si usted no puede desligarse de su pasado repita en voz alta:
Hoy le doy gracias a Dios por mi presente y mi futuro. Saco de mi mente y mi corazón los recuerdos dolorosos, los pongo en una canasta y los echo al río.
2) Si usted siente remordimiento:
Recuerde que nada ni nadie es irreemplazable en esta vida. Todo se olvida con el tiempo.
Todos nuestros seres queridos nos fallan constantemente. El único que nunca me falla es Dios.
“Lo que siento pasará. Me libero ahora mismo de este sentimiento y le pido a Dios que me limpie y purifique”.
3) Si usted tiene dificultad en perdonar:
Perdono porque el rencor me hace más daño a mí que a la persona a la que odio.
Perdono porque soy capaz de elevarme por encima de las mezquindades.
Perdono porque Jesús me enseñó el camino del perdón y me perdona una y otra vez, sin cesar, permanentemente.
4) Si usted tiene una actitud negativa:
Lleno mi mente de pensamientos positivos y optimistas.
Miro mi futuro con ojos llenos de esperanza.
Los planes del Señor para mi vida son maravillosos.
5) Si usted repite siempre los mismos patrones:
Aprendo de mis anteriores errores.
Reconozco que cada golpe representa una lección de vida que me fortalece.
Crezco como ser humano. Crezco en el amor, la misericordia, la gracia y el perdón de Dios.
Y recuerde que aunque este dicho suene como “mal de muchos, consuelo de todos”, la verdad es que “no hay mal que dure mil años, ni cuerpo que lo resista”…así que libérese del drama por sus propias manos y encamine su vida hacia todo lo bueno, hermoso, digno y edificante que usted merece experimentar en ella.
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