Son muchas las mujeres que practican la negación del sexo como manera de castigar al esposo que ha hecho algo que no les gusta o como forma de lograr que las complazcan en algo que él no desea hacer por ella. Es un tipo de manipulación que algunas mujeres consideran apropiado y hasta beneficioso. Pero es que la perspectiva que adoptan es sumamente egoísta y hasta infantil.
Para comenzar, el uso del sexo como chantaje NO debiera darse en el matrimonio. La idea en la cabeza de la mujer es la siguiente: "O me da lo que quiero y hace lo que le pido o....que se olvide del sexo por un buen tiempo!"...Craso error...Lo único que logran con esto es que el marido se sienta maltratado, no respetado y no amado.
Se entiende que hay ocasiones en que uno de los dos no pueda hacer el amor por sentirse enfermo o indispuesto o porque ha quedado muy herido después de un pleito pero no se debe emplear el sexo, deliberadamente, como herramienta de castigo. La raíz de la manipulación, se fundamenta en la incapacidad de poder transmitir los sentimientos por medio de una comunicación saludable, ya sea por temor a la reacción del otro(a) o por no saber cómo hacerlo, o por situaciones similares vividas anteriormente.
Es cierto que después de muchas peleas las posibilidades de que se tengan ganas son menores, pero es negativo castigar al otro porque se portó mal como si se tratara de un niño pequeño al que mandamos a un rincón por haber hecho algo malo. No es saludable para el matrimonio que uno de los dos quiera hacer pagar al otro por lo que le dijo o hizo negándose a tener intimidad.
Además de la razón mencionada por Pablo en 1 de Corintios 7 para no tener sexo con el cónyuge que es que ambos se dediquen a la oración de manera más concentrada, las otras posibles causas de abstinencia sería alguna enfermedad, cansancio excesivo o impedimento físico importante.
Si has usado la manipulación en tu matrimonio, renuncia a esa actitud, pídele perdón a Dios y a tu esposa(o) y toma la decisión de usar la comunicación sincera y respetuosa para expresar tus sentimientos, tus deseos y tus anhelos.
Fortalece tu vida espiritual para que estés en capacidad de expresar y de escuchar los sentimientos y emociones de tu cónyuge sin juzgar ni criticar su manera de pensar, sino respetando su opinión.
Dado que la relación sexual es «la intimidad máxima», la pareja hace mal si se niegan el uno al otro sexualmente, si se privan de la unión más sublime que Dios creó y santificó, si se privan el uno al otro de amor a través del sexo por razones egoístas
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