Es bastante evidente para muchos que hay patrones dañinos aprendidos que se repiten en las relaciones amorosas. En la niñez aprendemos de nuestros padres o familiares más cercanos formas de relacionarnos con otros. Posteriormente, de forma inconsciente, repetimos esos roles una y otra vez, aún los que son dañinos. Sin embargo, es bueno saber que podemos liberarnos de esos roles.
Sabían que las niñas que fueron abusadas física o psicológicamente por sus padres buscan, cuando adultas, hombres que abusen de ellas? Muchas veces los patrones dañinos en las relaciones giran en torno a los roles de ‘víctima’ y ‘perpetrador’. El uno atrae al otro. Se atraen a pesar de hacerse tanto daño.
Existen muchas versiones de estos roles, algunas muy sutiles. Quizás usted conoce a alguien que trata a otras personas como si fueran objetos que puede ‘usar’ para lograr sus propios objetivos. O quizás sea usted quien permita que otras personas se aprovechen de usted. Hasta las personas que nunca se consideran víctimas responden como si otros intentaran convertirlas en víctimas, y terminan victimando a otros ya sea leve o gravemente, pensando que lo hacen simplemente en "defensa propia.”
Cuando pensamos que alguien ‘mereció’ un comentario negativo o agresivo de nuestra parte, hemos cambiado rápida y automáticamente de sentirnos víctimas de esa persona a victimar a esa persona. Pero victimizar a otro nunca será solución para nada.
Es como un círculo vicioso en el que los dos quedan atrapados y del cual no se pueden liberar hasta que busquen ayuda. Hay que cortar el patrón repetitivo y para esto se requiere la intervención de un especialista: el terapeuta de parejas.
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