Thursday, June 5, 2014

RESPETAS EL SILENCIO DE TU HOMBRE?

Ayer les pedía a los hombres que dejen hablar a sus mujeres. Hoy me toca pedirle a las damas que respeten el silencio de sus maridos.
Casi nadie nos ha enseñado lo que no se debe decir y cuando es mejor callar que decir cualquier cosa, sobre todo la primera que se nos venga a la cabeza. Las mujeres tenemos que aprender a valorar el silencio para relacionarnos mejor con nuestros hombres. 


Hay que tener presente la manera tajante y acalorada con que ellos nos reclaman su espacio, que nos solicitan tener momentos de privacidad y silencio y que respetemos su derecho a no ser como nosotras. Hay momentos en que a tu hombre le gustaría mucho más saber que estás allí, a su lado, sin que tengas que decir una sola palabra. No le tengas miedo al silencio. Si se trata de hablar hasta por los codos sobre todo lo habido y por haber, tal vez él no sea la persona indicada. El no es tu mejor amiga!



El que él esté callado por largo tiempo no significa necesariamente que no esté interesado, tampoco significa que esté preocupado o molesto contigo. Hay oportunidades en que, simple y llanamente, él no tiene nada que decir. Es importante aprender a parar ese bla-bla-bla continuo al que las mujeres recurrimos por temor al incómodo silencio. El se da cuenta. El percibe que estás hablando por hablar, por llenar un vacío que sólo te perturba a tí.



Para terminar con este hábito improductivo, es importante priorizar la comunicación no verbal, sintiendo nuestro cuerpo y controlando nuestra mente.
En vez de hablarle, tócalo. Tómale la mano, acaríciale el pelo, dale masajes en el cuello y los hombros, míralo a los ojos, sonríele, abrázalo. 


Si él está preocupado, pensativo o cansado, o simplemente no quiere hablar, tus caricias no le molestarán y a ti te mantendrán "conectada" con él y esto mantendrá tu tanque del amor lleno... Y si practicas el arte de respetar su derecho al silencio, él te amará y apreciará más cada día!



El día en que te sientas cómoda guardando silencio delante de él, ése también será el día en que te será mucho más fácil abrir la boca para decir solamente las palabras correctas y morderte la lengua para no decir las incorrectas.


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