Son pocas las mujeres que no desean ser el centro de atención de sus hombres. La LEY DE LA SEGUNDA PRIORIDAD del matrimonio nos enseña que después de Dios no debiera haber nada ni nadie mas importante en nuestras vidas que nuestro cónyuge. Sin embargo, hay muchas mujeres que se sienten muy desplazadas a un tercer o cuarto plano en la escala de prioridades masculina cuando sus hombres son fanáticos de algún deporte.
Esto es muy típico en los americanos que dedican el domingo entero a ver fútbol (rugby). Y lo mismo ocurre con los latinos cuando de nuestro fútbol (soccer) se trata, especialmente cuando llega el turno de la Copa Mundial que, afortunadamente, sólo se da cada cuatro años.
La mayor parte de damas se sienten relegadas por varias razones. Las dos principales son que:
1) Dejan de contar con el apoyo de su esposo en las tareas domésticas y el cuidado de los niños para que él vea todos los partidos.
2) Se sienten ignoradas, como si no existieran, inclusive sexualmente (sobre todo si el equipo del esposo va perdiendo y le entra "la depre" o si termina exhausto de ver tantos partidos, uno detrás del otro). También se quejan de que los maridos no les brindan el afecto que necesitan.
Pero lo peor que puede hacer una esposa es quejarse y mostrarse enfadada por estas razones, dado que esto sólo conseguirá que su hombre se aferre más a su derecho a ver los deportes en la tele. El dice que para eso es que trabaja tan duro durante toda la semana y que merece ser el dueño del control remoto. Hay que aprender a negociar en este aspecto y no hacer una tormenta en un vaso de agua.
Mi recomendación sincera es que las mujeres que se molestan- porque se sienten rechazadas o colocadas en un segundo plano- tienen que reducir sus expectativas y practicar el amor incondicional hacia sus esposos, sacrificando sus intereses y gustos personales para ver el partido a su lado, en la medida de lo posible. Recordemos que una de las necesidades emocionales de los hombres con respecto a sus mujeres es el COMPAÑERISMO.
Y a los caballeros les sugiero que recuerden quién debiera ser la prioridad en su vida y le presten cierto nivel de atención a sus esposas, por lo menos en los comerciales, -brindándoles afecto físico y palabras de afirmación como: elogios, "gracias" y "Te amo", dichos con regularidad-, para que el tanque del amor de la sacrificada mujer no muera de inanición!
No comments:
Post a Comment