Todas las mujeres enamoradas quisieran tener una excelente comunicación con sus novios o esposos que posibilitara una relación estable, armoniosa y duradera. Pero son pocas las que caen en cuenta de que tan importante como saber qué decir es saber qué NO decir.
La primera consideración que espero retengas es que a tu hombre le aturde el exceso de palabras. Las mujeres hablamos hasta por los codos. Es algo tan natural en la mayor parte de nosotras como nuestro sentimentalismo y nuestras emociones "a flor de piel". Pero tu hombre no habla tu lenguaje.
Y cuando él escucha tu torrente de oraciones, esa verborrea que lo deja "knockout", lo que dices le entra por un oído y le sale por el otro, porque se bloquea ante lo que para él es tu vana palabrería y sencillamente no te presta atención.
Espero que los siguientes tips de sean de utilidad para NO decir lo que no será de ningún beneficio para tu relación:
1) No abras la conversación diciendo "Tenemos que hablar".
Esto lo pone a la defensiva. Le haces recordar a su mamá o a su jefa. Parece que de antemano le quisieras imponer tus ideas.
Le sonará mejor escuchar : "Mi amor, me gustaría compartir algo contigo si éste es un momento oportuno..." Esta frase es respetuosa. Si el momento no fuera propicio, le pides te diga para cuándo le parecería posible. El respeto abre las puertas al diálogo constructivo.
2) Evita emplear oraciones en las que aparezcan varios "tú", uno tras otro, sobre todo si el tono es acusador.
Por ejemplo: "Porque tú llegaste tarde quedamos mal con nuestros amigos..." Una frase como ésta es recibida por muchos hombres como un ataque. Resulta bastante obvio que le estás echando la culpa.
En vez de iniciar la frase con "tú", emplea la primera persona y expresa respeto de la siguiente manera: "Siento que defraudamos a nuestros amigos al llegar tan tarde a su fiesta...me sentí algo avergonzada por ello..."
Aquí asumes la responsabilidad de tus emociones y no lo culpas de nada.
3) No le corrijas la plana cuando se equivoque o haga algo mal.
A los hombres les molesta inmensamente escuchar de labios de su mujer las palabras: "No, no es así, estás equivocado" o "No, no fue así". Aunque sea verdad, si se lo dices de esa manera, lo humillas. Y le resulta aún más humillante si lo dices delante de otros.
Imaginemos que, en otra ocasión, se ofrece a cocinar en tu lugar para los invitados y se le quema la comida. En vez de molestarte con él y requintar malhumorada: "Qué barbaridad, a hora sí la embarraste!"... emplea palabras amorosas de afirmación de su dignidad como: "Más se perdió en la guerra, mi amor....Cómo podríamos solucionar esto ahora?" con un tono dulce y delicado. Lo más probable es que ante una reacción tan paciente de tu parte se le ocurra encargar comida por teléfono.
4) No le digas cosas que suenen a órdenes, como palabras de tipo imperativo: "Apúrate, muévete, haz algo, párate, siéntate, vete!"
Tu marido no es ni tu hijo ni tu sirviente. O lo tratas con respeto o conseguirás lo opuesto a lo que quieres lograr con tus palabras.
Pídele lo que necesitas utilizando los mismos esmerados modales que aplicarías al pedirle un favor a tu jefe. Tu esposo es más importante en tu vida que tu jefe de turno y merece ser tratado con mayor consideración aún.
5) Destierra de tu vocabulario los adjetivos despectivos para describirlo. Ni se te ocurra decirle: Eres flojo, eres un borracho, eres un perdedor....o cosas por el estilo.
Con esto lo estás denigrando e hiriendo su ego de manera mortal. O abres la boca para elogiarlo y decir cosas POSITIVAS o callas, aunque te duela.
Finalmente te recuerdo que, en materia de conexión verbal con tu hombre, en materia de número de palabras, MENOS será siempre MAS.
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