Son muchas las parejas que vienen a mi consulta quejándose de que ya no tienen intimidad porque llevan vidas sumamente estresantes. Es vox pópuli que el estrés, las preocupaciones y el cansancio disminuyen el apetito sexual, sobre todo en los varones.
Los hombres se ven impelidos por la sociedad de consumo a trabajar más para tener más, aunque son millones en el mundo los que trabajan duro sólo para cubrir las necesidades básicas de sus familias.
Una investigación realizada por la Universidad de Zagreb, la Universidad de Olso y la Sociedad Portuguesa de Sexología Clínica elimina el mito de que el hombre siempre está listo para una relación sexual.
De acuerdo con este estudio recientemente realizado con más de cinco mil 200 varones heterosexuales, un 15% de los encuestados reconoció que el cansancio y el estrés son los factores más asociados a la falta de deseo, lo que derivó también en problemas de eyaculación precoz, así como dificultades para mantener la erección.
Fueron varones entre 30 y 39 años los que reconocieron padecer una mayor disminución del deseo sexual, dado que en ese periodo de la vida tienen muchas más responsabilidades: están casados y tienen hijos, o se divorcian y realizan una mayor inversión en la carrera profesional. El segundo grupo más afectado es el de los hombres entre los 40 y 49 años.
Otro factor determinante que descubrieron los investigadores fue la relación entre la crisis económica y la satisfacción sexual, ya que la segunda puede verse disminuida por la primera.
En resumen, el cansancio, las preocupaciones laborales y la carrera por el ascenso perjudican la intimidad en el matrimonio y por ende la vida conyugal en general. La pregunta que salta a la vista es: Qué es más importante....el dinero y la carrera profesional o la felicidad conyugal?
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