QUE TU TRABAJO NO TE ALEJE DE TU FAMILIA

"Porque donde está tu tesoro, 

allí también estará tu corazón" (Mateo 6:21)

La primera ley que siempre les explico a las parejas que vienen a verme a consulta es la LEY DE LA PRIORIDAD.
Les pregunto abiertamente:
¿Qué preferirían tener: un matrimonio feliz o una carrera exitosa?
Y les anuncio que
UNA ADECUADA ESCALA DE PRIORIDADES LOS PUEDE SALVAR DEL DIVORCIO!

Es cierto que si nos dedicamos completamente a la familia, es muy difícil que subamos de puesto en la compañía donde trabajamos o que encontremos el tiempo suficiente para cultivar nuestro propio negocio; si nos dedicarnos de lleno a nuestro desarrollo profesional, nos quedaremos sin disfrutar de las maravillas que representan la familia y especialmente el cónyuge.
¿Aceptaríamos un extraordinario éxito profesional a cambio de una malograda vida conyugal?

Si tomaste más de tres segundos para responder esta pregunta, es probable que tu escala de valores no sea la cristiana.
La dedicación marital es mucho más importante que cualquier otra cosa al determinar el bienestar personal, la felicidad y la entrega al prójimo.
Si tienes un matrimonio exitoso, no importa cuántos contratiempos profesionales tengas que sobrellevar,
serás razonablemente feliz y contribuirás a la felicidad de tu familia.

Si tienes un matrimonio fallido, no importa cuántos triunfos alcances; te mantendrás considerablemente insatisfecho.
Lo único realmente importante que dejaremos en este mundo son nuestras parejas e hijos. Todo lo demás se descompone o se devalúa.

Y si algo he aprendido de los muchos trabajos donde he estado, es que no importa si hemos sacrificado nuestras vidas por la empresa; en tiempos de crisis económica es prácticamente imposible que esta lealtad sea recíproca.
No hay nadie que en su lecho de muerte haya deseado dedicarle mas tiempo al trabajo pero SI a la familia, especialmente al cónyuge y a los hijos.

Está tu dedicación al trabajo y desarrollo profesional perjudicando tu relación de pareja? Se queja tu pareja de que no tienes tiempo para ella?
Analicemos uno de los lenguajes del amor (que suele ser uno de los principales de las mujeres): TIEMPO COMPARTIDO.

Cuando el marido no tiene tiempo para su mujer le dice (con hechos) que no la ama aunque le compre muchos zapatos y le pase su tarjeta de crédito para que gaste!
La moraleja que obtenemos de este tema es que si nuestra prioridad después de Dios no es nuestro matrimonio,
lo más probable es que perdamos la inversión más importante de nuestras vidas a corto, mediano o largo plazo.