"El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta." (1 de Corintios 13: 4-7)
Una de las cosas que suelen ocurrir con mayor frecuencia en los matrimonios de más de 2 años es que ante la menor cosita, ante el más pequeño disgusto, uno de los dos o los dos se irritan y se ofenden con mayor facilidad que lo que ocurriría con cualquier otra persona.
Por qué sucede esto? Una de las razones es que, lamentable pero cierto, en cuando vivimos bajo el mismo techo con una persona a la que decimos amar, llegamos a tenernos tal confianza y a conocernos tan bien que optamos por no "cuidar las apariencias" como lo hacíamos antes, optamos por ser más "naturales" (o menos fingidos) y con ello sale a relucir nuestro lado malo, con mucha mayor nitidez. Ya no nos interesan tanto los buenos modales, ya no prestamos atención a los detalles que a la otra persona le importan, nos relajamos y en ocasiones perdemos inclusive la consideración por el otro.
Luego, con el paso de los años, las pequeñas cosas que nos parecían encantadoras y hasta entrañables en la persona amada, ahora nos resultan irritantes, como por ejemplo su excesiva locuacidad (es una cotorra que no para de hablar!) o su estilo parco al narrar lo ocurrido en el día (es un hermético al que hay que sacarle las palabras con cucharita!). Y lo peor se da cuando uno de ellos o ambos se sienten ofendidos ante la menor cosita. En cuanto se ofenden fácilmente, la relación se sigue resquebrajando, porque ahora se sienten ofendidos por el tono con el que el otro respondió o por la falta de respuesta, casi todo es objeto de enojo y rencor. Los malos entendidos se prolongan por días, la ley del hielo los tiene congelados por horas y hasta semanas y las heridas abiertas no tienen cuándo cerrar.
Qué hacer ? Lo primero es reconocer que por lo menos uno de los dos debe cambiar esa tendencia a enojarse o irritarse fácilmente. El camino es, como dicen en inglés, el "let it go" (dejar pasar). No aferrarse al fastidio. Hacer "switch" (cambio de humor) lo más velozmente posible, librarse de la emoción negativa, desembarazarse de ella, librarse de la carga que supone cualquier sentimiento de rencor o desamor. Elegir sonreir. Perdonar. Olvidar. Practicar el amor incondicional.
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