Wednesday, March 19, 2014

EN EL MATRIMONIO DIOS NOS REFINA, PODA Y SANTIFICA

"Porque Tú nos has probado, oh Dios; Nos has refinado como se refina la plata." (Salmo 66:10)
Los que se casan creyendo que el matrimonio va a ser un lecho de rosas, suelen fracasar. Lo que nadie les dice a los novios es que su nuevo status civil conllevará mucho sufrimiento basado en sacrificio personal constante. A todos nos cuesta renunciar al egoísmo. Y cuando se ama de verdad a alguien, incondicionalmente, se ama a esa persona "a pesar de", "por encima de", con generosidad y entrega.


En este proceso de renuncia a la satisfacción de los propios gustos, necesidades e intereses para poner primero los de nuestro cónyuge, el matrimonio es el equivalente a un crisol en el que nuestro espíritu se refina como el oro o la plata se refinan en el crisol u horno que los separa y purifica.
"...Los refinaré como se refina la plata, Y los probaré como se prueba el oro." (Zacarías 13:9)


Dios nos poda y nos refina porque nos ama. Porque quiere vernos crecer en santidad. Y en el caso de los casados, el crisol suele ser la difícil convivencia bajo el mismo techo de dos seres humanos que, como pecadores al fin, son egoístas por naturaleza y tienen que librarse de las impurezas del egocentrismo para pasar a amar al otro como a su propio cuerpo.


"Pues te he purificado, pero no como a plata; Te he probado en el crisol de la aflicción." (Isaías 48:10)
No hay santidad sin sufrimiento, sin prueba, sin tribulación, sin inmolación. Quien se casa debiera estar dispuesto a dar la vida por el ser amado. Este es el tipo de amor que Dios nos pide que vivamos cuando contraemos matrimonio. La alta tasa de divorcio tiene explicación en el distanciamiento de los propósitos de Dios, de Su plan para la vida de los esposos.


"Pero El sabe el camino que tomo; cuando me haya probado, saldré como el oro."(Job  23:10)
Los grandes personajes de la Biblia pasaron todos por el crisol. Todos fueron probados. Hoy son inmortales, gozan de la vida eterna y del reconocimiento de millones de cristianos en el mundo entero porque fueron refinados como el oro, en el fuego de la aflicción, y salieron victoriosos.


"El crisol es para la plata y el horno para el oro, pero el SEÑOR prueba los corazones." (Proverbios 17:3)
Los corazones de los esposos suelen estar conectados de una forma sumamente bella e íntima por un tiempo corto, muy corto, lamentablemente, porque nadie los ha entrenado para las pruebas que tendrán que pasar juntos, porque no se han preparado individualmente, en manos del Espíritu Santo, para una vida de sacrificio, esfuerzo, entrega desinteresada y sometimiento a la voluntad de Dios.


"Muchos serán purificados, emblanquecidos y refinados. Los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos comprenderá, pero los entendidos comprenderán." (Daniel 12:10)
Y aquellos que no se acercan a Dios lo suficiente, aquellos que no colocan a Jesucristo en el centro de su relación, suelen ser los que duran menos. Las estadísticas así lo demuestran. A mayor conexión espiritual, a mayor comunión de la pareja en el Señor, mayores probabilidades de que salgan del crisol victoriosos.


"Porque la fe de ustedes es como el oro: su calidad debe ser probada por medio del fuego. La fe que resiste la prueba vale mucho más que el oro, el cual se puede destruir. De manera que la fe de ustedes, al ser así probada, merecerá aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo regrese..." (1 de Pedro 1:7)

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