Es muy común que quienes establecen relaciones vía Internet consideren que no son infieles. De hecho, para los varones si no existe contacto físico no hay traición, mientras que para las mujeres sí la hay porque existe una vinculación afectiva. Muchas personas que descubren que sus parejas sostienen este tipo de relaciones se sienten traicionados, lo que puede detonar la ruptura.
Esta situación puede ser un punto de partida para que las personas evalúen su relación de pareja. Puede ser una pauta para que la persona descubra qué problemas se están dando en la relación estable y que en función de eso decida resolverlas y continuar con el vínculo o darlo por terminado.
Es común que ambas partes se relacionen vía Internet con otras personas y lo oculten y además culpen al otro. Muchos hombres se sienten con el derecho de hacerlo y -aplicando la doble moral tan común en un mundo machista- consideran que sus parejas no lo pueden hacer.
Es muy difícil que las relaciones que se dan vía Internet trasciendan a la vida real pero los mecanismos que operan hoy en las computadores y celulares permiten "sentir" la presencia del otro, inclusive a nivel íntimo.
Cuando se entablan estas relaciones es muy fácil idealizar a las personas que están detrás de la pantalla, pues no es lo mismo dedicar unas horas del día chateando con una persona, que estar en una relación de tiempo completo donde se comparte todo, sobre todo la rutina. Por ello, parte de la vivencia virtual puede ser fantasiosa e idealizada, además de que es muy fugaz, de corta duración.
La insatisfacción con la relación de pareja NO justifica la infidelidad digital. Siempre hay maneras de solucionar nuestros problemas con nuestra pareja actual. La solución NO pasa por la infidelidad!
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