Todos reconocemos que muchos de los problemas matrimoniales tienen su origen en una deficiente o casi nula comunicación. Pero pocos se detienen a reflexionar sobre la manera en que comunican a su ser querido. Curiosamente, solemos expresarnos más correctamente y con mejores modales con extraños que con la persona a la que decimos amar más en este mundo. Por qué? Porque con los desconocidos actuamos como seres civilizados mientras que con nuestro cónyuge nos mostramos "tal y como somos", sin caretas, descarnadamente reales. Esa es una de las desventajas de la intimidad.
Pero no lo debiera ser, claro está. Si tratamos bien a cuanto hijo de vecino se nos para delante, cómo no vamos a tener el mayor de los cuidados con lo que decimos a nuestro ser amado? Lo primero que hay que hacer para mejorar en esto es reconocer la importancia del adecuado manejo de los 2 Niveles de la Comunicación de Pareja: EL CONTENIDO Y LA RELACIÓN.
El Contenido es el QUE SE DICE, las ideas que expresamos y las palabras que elegimos para expresarlas.
La Relación es el nivel de la FORMA, el tono, la cadencia, el volumen, los gestos y la expresión facial con que adornamos lo que tenemos que decir.
Ahora bien, muchos estudios han demostrado que más importante que lo que decimos es la forma en que lo expresamos. Se estima que un 70% de la efectividad de la comunicación oral está basada en el tono de la voz.
Si pedimos un favor utilizando las palabras correctas pero con tono de orden, el tono invalida el contenido. Nuestro cónyuge le va a hacer caso a la forma y no a las palabras "por favor" empleadas.
Un tono suave, delicado, gentil, atento, respetuoso, dulce y tierno logra mucho más que las palabras más bellas expresadas en un tono duro, seco, frío o distante....Ya sabe, amigo...recuerde esto la próxima vez que su esposa le pida que le diga "te amo"....
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