Lo último que se pierde es la esperanza, dice el sabio refrán...y esto debiera ser verdad también para el matrimonio. Lamentablemente, en la relación más vulnerable y complicada entre seres humanos, la de marido y mujer, la esperanza se suele tirar por la borda cuando los problemas, las decepciones y los días amargos le gana la batalla a las alegrías, las satisfacciones y los días dulces.
Cuando parece que ya no hay nada que hacer, Dios interviene. El remueve obstáculos del camino como el jardinero poda las ramas del árbol para que éste crezca más frondoso. 5 obstáculos pedirán a gritos una PODA y Dios entrará a tallar iniciándose el proceso de purificación para removerlos. Para que recuerden mejor los 5 elementos, vamos a trabajar con un acróstico basado en la palabra PODAR.
Estos son los 5 obstáculos que el Señor tendrá que podar en tu relación amorosa para salvarla:
Pesimismo, negatividad
Orgullo
Dolores del pasado
Ausencia de arrepentimiento
Rencor y resentimiento
El camino de la poda es el camino del sufrimiento y la renuncia personal.
Se trata de dejar de lado el egoísmo para luchar por salvar el matrimonio, el pacto que hicieron ante Dios y los hombres.
Una vez que en alguna medida se complete el proceso de la PODA, podremos ver los frutos de la misma:
Perdón
Oración
Donación, entrega generosa
Amor inconficional
Renacimiento como individuos y como pareja
Este último paso se logra cuando recibimos a Jesús como nuestro Salvador personal y Su Espíritu Santo nos transforma.
Ciertamente la poda resulta dolorosa pero vale la pena!
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